Afectos
"Hay una noche,
un tiempo hueco, sin testigos,
una noche de uñas y silencio,
páramo sin orillas,
isla de yelo entre los días;
una noche sin nadie
sino su soledad multiplicada.
(...)
De una máscara a otra
hay siempre un yo penúltimo que pide.
Y me hundo en mí mismo y no me toco."
hay siempre un yo penúltimo que pide.
Y me hundo en mí mismo y no me toco."
Espejo. Octavio Paz.
-¡Déjame tranquila! ¡Y no lo enterrarás! gritó Claudia antes de salir corriendo hacia el fondo del patio, en medio de la lluvia para arrodillarse junto a la pared. Ricardo se sintió disminuido al ver a su hija empapada, acurrucando a su canario ya muerto pero con la entereza de la que sabe cómo deben resolverse los problemas. Siempre tan fuerte y decidida, pensó. A su edad, en cambio, él se recordaba frágil, indeciso y hasta estúpido. Se agachó para recoger la jaula y las plantas que la tormenta había destruido y buscó a su hija a través de la capa fina de la lluvia. La entrevió lanzando una y otra vez la pelota o algo así contra la pared. Pobre... mejor que juegue un poco. En un rato se le pasará todo y ella volverá a pedir con firmeza y emoción otra mascota.
Comentarios
Te deseo una Feliz Navidad y todo lo mejor para el Nuevo Año.
Un abrazo bien grande y calentito.