Fondo de armario
Duane Michals
Cuanto ruido en las cosas expectantes
-de gazapos en los dedos-
-de ansiedad por vestirse-
-de una ocasión especial-
-de unos labios lectores y hablantes a la vez-.
La espera es una curva cerrada
-frena palabras-
-reduce el ardor inminente en la piel-
-aminora la segunda vez del beso con la mano extendida-.
La espera es un paréntesis hambriento.
Guardarropía de entretiempos
cuando invierno o calima nos arrasan el paso o los destinos.
Las cosas saben de estos lugares comunes
que nos enmudecen,
por eso se mueven con sigilo
y arredran a los creyentes.
Simulan esperar por nosotros,
sin embargo,
detectan mejor todos los olvidos prometidos
colgados abandonados en bocas incapaces
de besar el amanecer.
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