Viernes en la punta de la lengua
dejo mi lengua en reposo
irrecuperada de silencios
de roces esquivos
cocida de retazos
-los después para mañana
quizá hoy improvisando
el lunes en un rato lluvioso
una madrugada insonora-
hervideros de minutos y músculos de sentido único.
reposará la que te ha amado
robada al olvido del bestiario
devuelta en cajas una mañana de octubre destechado
la que no dices ni me dirá.
dejar mi lengua de mordiscos de cuentas claras
facturas pendientes en sobres delgados
mientras saboreas tu café escondiendo tu paladar
de mis hablas y sus bocas.
esas lenguas y sus voces ahí,
sobre la que hace el amor
sobre la que parí;
tiempos de bocas besadas fluidas
anhelantes del decir que trae un día tras otro.
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