al final del pasillo
©Rui Correia
esos destinos de trazos inclinados parecen esperarnos -abajo o arriba- cuando al final de las escaleras y sin pasamanos, nos buscamos los bolsillos del pantalón o de la chaqueta.
distraídos de eso que la distancia intuyó antes, ocurren inclinaciones varias. ayer mismo, por ejemplo,
la chica del teléfono no encontraba la cafetera y al chico de la gabardina azul le llegó el café sin pedirlo.
estaban juntos e inclinados. con todo y el volcamiento que los tramó y los pasillos atestados, caminaron sin caerse.
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