Codo a codo
hablar amar el encuentro con alguien
tu amiga tu vecino tu amante
tus roces de piel y voz descansada
y chocar los codos por todo saludo
mirándonos de amor y despedida
como si uno de los dos
está a punto de desintegrarse
y se guarda el secreto porque todo es obvio.
no es justo eso de evaporarnos
dejando latidos y sudores
con calambres en los brazos.
para alguien que, encima, no sueña
o casi no recuerda si lo hizo antes de las horas extrañas
donde codo a codo es longitud del saludo
y las distancias se someten al rigor del miedo
Esto es morir un poco para el resto del día,
dolerse y respirar hondo.
Sabes que has reparado las persinas de cada habitación
para rolar los imnsonios.
No es justo, digo,
y lo que se desintegra es la lengua que provoca.
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